lunes, 19 de marzo de 2012

(…) Apuesta por nuestra derrota.

“Rehuir la voz de las divinales sirenas y el florido prado en que éstas moran. Manifestándome que tan solo yo debo oírlas, pero atadme con fuertes lazos, en pies y manos, de pie y arrimado a la parte inferior del mástil para que este allí sin moverme. Y en el caso de que os ruegue o mande que me soltéis, atadme con mas lazos todavía” Ulises en Rapsodia XII. Las Sirenas.



Eres esa
Que ocupa ese lugar

Cuantas veces he fantaseado
Con todo esto

En eso soy el más obstinado
Necio e insistente

Como quisiera demostrarte
Todo lo que se podría y no es
Simplemente
No es

Entiendo que no puedo hacer más
Y que esta es la historia de siempre
La vieja historia
De lo que no es
Porque las cosas no se quieren
Solo acontecen

Aun así escribo
Para que existas más allá
Para no matarte
Y que resuenes en los ecos de mi escritura

Para que me des el beso bastardo
El que nadie quiere
El beso de lo amargo
El beso que me alcance hasta la muerte

Escribo sobre vos
Bien sabes que eres esa
Esa que
Me hace nacer para morir.

Quiero la muerte
Esa muerte
Ese abismo
Y que de ahí 
Pueda volver inquebrantable.

Necesito que seas esa
Que me haga gritar mi verdadero nombre.



No hay comentarios:

Publicar un comentario